miércoles, 30 de diciembre de 2009

Por una sanidad de más calidad y a menor costo para los españoles

Ÿ Sanidad universal y gratuita con libertad de elección de médico y de centro de cualquier parte de España. Los centros deben ser gestionados con total autonomía basada en unos protocolos mínimos de actuación, servicio y calidad marcados y controlados por el estado. (En la actualidad esto no es posible porque no se puede ser juez y parte, el estado no puede prestar el servicio y controlar la calidad. Es por esto por lo que el estado se tiene que limitar a definir los servicios a prestar, concertar esos servicios con todos los centros que estén dispuestos a prestarlo, controlar la calidad de esos servicios  y pagar por servicios prestados) Actualmente al ciudadano se le comunica que tiene muchos derechos pero no los recibe. De qué sirve, por ejemplo, que se recoja por ley que todos los andaluces tienen derecho a una vivienda digna si no pueden ejecutar ese derecho. Debemos ser realista y marcar los caminos lógicos para alcanzar los objetivos. Actualmente este tipo de sanidad solo lo perciben los 4.500.000, aproximadamente, de funcionarios a  los que el resto de ciudadanos les pagamos un seguro privado. No vale decir que tenemos derecho a una sanidad universal y gratuita cuando el paciente desde que se da cuenta que está enfermo hasta que le diagnostican la enfermedad pasa una media de tres meses y si requiere intervención esto se puede alargar mucho más. Por este motivo muchos ciudadanos tienen que acudir a consultas privadas para solucionar este problema y en la mayoría de los casos estos médicos pertenecen a la sanidad pública y ejercen dos tipos de trabajo el público con una atención mediocre y el privado con una atención adecuada. No a las listas de espera, no a la masificación de las consultas, no a la falta de médicos, no a la falta de centros.
Ÿ  ¿cómo realizarlo? Bastaría con realizar un cambio profundo, pero no costoso, en la sanidad. Para esto lo más importante es la comunicación. Todo cambio implica un esfuerzo y para conseguirlo es muy importante saber comunicar y convencer. ¿Cómo comunicarlo? No es difícil, puesto que representa beneficios para el conjunto de la sociedad y también para las personas que prestan el servicio. El personal de los centros que actualmente están concertados no sufren ningún cambio. Los que lo prestan en centros públicos serian el mejor tratado porque pasarían a ser trabajadores y empresarios. Solo así se podría cumplir lo de universal, gratuita y libertad de elección. Para empezar el estado debe poner un gerente y no un medico al frente de cada centro para hacer una valoración de los servicios, dotarlos de total autonomía para la compra de los materiales y concierto salarial. El estado pagaría a todos los centros por servicios prestados, sean públicos o privados. El personal dependiente de los centros públicos, que son los que se podrían oponer al cambio, tendrían como ventajas, frente al personal de los centros privados, que serian trabajadores y empresarios y por lo tanto además de su sueldo ganarían todo lo que ganan los empresarios de los centros privados. La oposición de éste colectivo quedaría sin respaldo social si esto se  comunica bien a todos los ciudadanos (hay que trabajar en que los ciudadanos entiendan ciudadanos = estado)

martes, 29 de diciembre de 2009

Globalizacion

La adaptación al gran cambio que supone la globalización.
Debemos mentalizarnos y difundir la idea de que pertenecemos a una aldea global y necesitamos organismos globales con normas, legislaciones, poderes ejecutivos, con sistemas administrativos homologados, cuerpos de fiscalización e inspección, etc. encaminado a crear unas normas (constitución mundial) internacionales que ordenen los mercados financieros, alimentos básicos, etc. que impidan los abusos, la corrupción, luchas fratricidas por el poder, etc. y donde se recoja los mínimos derechos humanos con especial énfasis en niños y mujeres.
Si somos una aldea global no puede mantenerse las normas internacionales que regulan las no injerencias en los asuntos internos de cada país, porque todos se tienen que regir por el mismo orden constitucional. Esto no impide, sino todo lo contrario exige, el máximo respeto a la integridad, libertad, dignidad, etc. de las personas. El respeto a las creencias, cultos y religiones, etc. pero con los límites que antes hemos señalado de integridad, dignidad, respeto, etc.

La sociedad no puede quedar pasiva mientras millones de personas entre ellos muchos niños, como los dramas que se vive en Zimbabwe, Corea del Norte y en tantos otros países y estén muriendo de hambre, enfermedades, asesinatos, etc. por culpa de unos dirigentes corruptos. Lo peor es que éstos se mantengan en el poder, sin la menor intervención internacional. Es preciso, antes que después, que los dirigentes se pongan manos a la obra y no piensen en esto como algo de un futuro lejano.
Si no nos ponemos meta y ponemos rumbo hacia ella nunca lograremos alcanzarla. No podemos permitir que por la corrupción se generen guerras, muertes, hambruna y tantísimos sufrimientos solo porque no hay un organismo mundial que dicte leyes generales y ponga orden en este mundo. Vemos como gobernantes como Chávez, Gadafi, Kim Jong-II, Mahmud Ahmadineyad, etc. puedan condicionar la vida de tantísimas personas. También es cierto que este tipo de dirigentes no van aceptar que ningún organismo internacional les obligue pero si se comienza y se maneja una buena política y diplomacia internacional cada vez serán más los países adheridos y los corruptos irán quedando en evidencia y criticados por la opinion publica internacional y denunciados por los organismos internacionales.